Processo E.P.R.

11 de agosto de 1996


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"Ni el EZLN ni nosotros somos los únicos grupos armados que existen en México"



El comandante José Arturo analiza al país y explica al EPR: "¿A quién
tenemos que pedir perdón por estar dispuestos a impedir que el gobierno siga
asesinando?"



Guillermo Correa y Julio César López


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SIERRA MADRE ORIENTAL.- De ojos claros, nariz afilada y complexión robusta;
armado con una ametralladora MP-5, el comandante José Arturo, miembro de la
dirección nacional del Ejército Popular Revolucionario (EPR), afirma: "De
ninguna manera somos una pantomima, sino una realidad. Y ni el Ejército
Zapatista ni nosotros somos los únicos grupos armados que existen en México.
Hay muchos más, producto de casi 30 años de experiencia clandestina".

Con tres estrellas rojas en la gorra del uniforme militar y el escudo
rojinegro de su organización en el brazo izquierdo, uno de los mandos más
importantes del EPR asegura que tienen presencia nacional; que su ejército
está conformado por obreros, campesinos y profesionistas, y que operan tanto
en el campo como en las ciudades, con diferentes acciones y estrategias.

Vestido con una casaca verde olivo, pantalón café oscuro, botas negras y un
paliacate café, el comandante José Arturo no niega que, a diferencia del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ellos luchan por el poder,
por el cambio de gobierno en México, y dice que combinarán la vía armada con
la vía civil para lograr su objetivo.

De discurso fluido, el jefe guerrillero desmiente que tengan nexos con el
narcotráfico, asegura que las potentes armas que portan — R-15, AK-47, M-1,
MP-5 y mosquetones 762— las compran en el mercado negro de México, y que los
recursos para su financiamiento proceden de "expropiaciones bancarias y
secuestros de miembros de la oligarquía financiera del país".

Y, en entrevista exclusiva con Proceso, acepta hablar, junto con el
comandante Francisco, también de la dirección nacional del EPR, de los
partidos políticos legalmente constituidos en México y de algunos de los
principales dirigentes de la izquierda legal del país.

* * * * *


El comandante José Arturo, del EPR, se distingue del subcomandante Marcos,
del EZLN, por su lenguaje severo y directo; también, por su porte militar y
por basar sus apreciaciones en el análisis marxista. Se parece a él en el
color de los ojos, aunque no en su expresión, y no fuma tabaco en pipa ni en
cigarro porque, dicen los combatientes del EPR, el humo puede viajar hasta
200 metros y ser detectado por "el enemigo".

Sus manos llenas de piquetes de insectos de la montaña delatan la extracción
urbana de este nuevo personaje que siempre se refiere al EZLN con respeto,
pero que no oculta las diferencias que tienen con el grupo que irrumpió en
la escena nacional el 1º de enero de 1994.

Reconoce que ni el EPR ni el EZLN son los únicos grupos armados existentes
en México, y dice desconocer si las otras organizaciones revolucionarias son
contemporáneas de ambos —de hace más de 20 años— o si son de nueva formación.

José Arturo, uno de los cuatro comandantes del EPR que se conocen hasta hoy
—los otros son Victoria, Antonio y Francisco—, analiza que el levantamiento
zapatista sirvió para despertar la esperanza de un país mejor, y para
acelerar el proceso de unidad de los diversos grupos armados, como ellos,
que son producto de la suma de 14 organizaciones que hasta el 1º de mayo de
1994 actuaban de manera dispersa.

El lenguaje que utiliza el jefe de los indígenas alzados de Chiapas le ha
dado "un gran poder de convocatoria" al EZLN, reconoce, pero agrega que "la
poesía no puede ser la continuación de la política por otros medios, y ésta
no resuelve ni apunta en la dirección en que debe encauzarse el movimiento".

Para nosotros —refiere— es muy importante el lenguaje. "A través de la
palabra se ha logrado desarrollar una fuerza moral, pero si no es respaldada
con elementos más sólidos desde el punto de vista teórico, político,
ideológico, tiende también a desgastarse y dispersarse. Y el reto no es
solamente crear una fuerza moral, sino materializarla para que sea capaz de
realizar las tareas sociales e históricas que tenemos enfrente".

—Cuando habla de realizar las tareas históricas, ¿se refiere a la
construcción del socialismo? —se le interrumpe.

Sin afirmar ni negar, responde inmediatamente: "Esa es una opción que el
pueblo debe decidir. Lo que ahora señalamos es la urgente necesidad de
lograr los cambios por la vía democrática y revolucionaria".

José Arturo, al igual que los otros comandantes del EPR, se niega a revelar
el número de militantes que tiene esta organización armada que ha probado su
existencia en al menos dos frentes de guerra: Guerrero y la Sierra Madre
Oriental, que abarca los estados de Hidalgo, Veracruz, San Luis Potosí,
Tamaulipas y parte de Puebla.

Tampoco quiere ahondar en torno a las bases de apoyo del nuevo grupo rebelde
que, dice, nació cuatro meses después de la aparición pública del EZLN, pues
se trata de "un secreto militar".

—-¿Se puede decir que su base social es tanto o más grande que la del EZLN
en Chiapas? —se le insiste.

—No sabemos qué tan grande sea la de ellos, porque desconocemos con
precisión las fuerzas que tienen. Sin embargo, podemos afirmar que nuestra
presencia en muchos puntos del país se debe a la labor de varios años, en
que se logró tener una vinculación con diferentes sectores y desarrollar un
trabajo de construcción política, organizando a la población en unidades
militares y políticas.

Añade que "así como se requiere de una agrupación armada, se necesita de un
ejército de organizadores políticos que estén en las grandes ciudades
desarrollando una labor de construcción ideológica, de explicación, de
denuncia de lo que acontece, contribuyendo de esta manera a construir esta
fuerza social histórica necesaria" para la transformación del país.

En la entrevista, realizada en una guarnición de un campamento de la abrupta
Sierra Madre Oriental, se advierte que esta organización que se presentó
públicamente en el vado de Aguas Blancas, el pasado 28 de junio, ha sido
permeada por el lenguaje de los alzados zapatistas y, particularmente, por
la forma de expresión del subcomandante Marcos.

En ocasiones, incluso, utiliza algunas fórmulas, conceptos y sintaxis
parecidos a los empleados por el popular jefe militar del EZLN para
responder a los reporteros.

Cuando se le pide su opinión acerca de la primera apreciación que el EZLN
tuvo de ellos, al inicio del Foro Especial para la Reforma del Estado,
cuando el subcomandante Marcos dijo que el EPR tenía que ganarse la
legitimidad, contesta:

"En todo caso nosotros tenemos que decir: '¿A quién tenemos que pedir perdón
por el hecho de no estar dispuestos a seguir permitiendo que el gobierno
siga asesinando? ¿A quién tendríamos que pedir perdón, también nosotros, por
nuestro levantamiento armado? ¿Tendríamos que pedir perdón, por ejemplo, al
gobierno? ¿Tendríamos que pedir perdón a la oligarquía? ¿Tendríamos que
pedir perdón al EZLN por esta decisión?'"

* * * * *


En el campamento de la Sierra Madre Oriental hay trincheras de piedra y lodo
que, se advierte, fueron construidas con bastante anticipación al encuentro
de la Comandancia General del EPR con los periodistas. Los insurgentes,
todos, utilizan armas de alto poder, y la mayoría porta el clásico "cuerno
de chivo".

En una de las trincheras en donde se desarrolla la entrevista con Proceso,
el comandante Francisco, un hombre blanco al que se le advierte la barba
debajo del paliacate, da a conocer la forma en que está estructurado el EPR.

Dice que ellos son parte de la Comandancia General y miembros del Comité
Central del Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR), organización
que configuraron el pasado 18 de mayo y que tiene el mando total de las
tropas y los militantes.

"Nuestro ejército —describe— está conformado por comandos, pelotones,
destacamentos, brigadas y batallones. Los primeros están formados por cuatro
combatientes cada uno; los segundos están integrados por tres comandos; los
pelotones se agrupan en destacamentos, los destacamentos en brigadas y las
brigadas en batallones, que es la estructura máxima que existe dentro de
nuestro ejército..."

—¿Y de dónde salen tantas armas? —se les cuestiona—. Hay sectores del
gobierno que los vinculan a los narcotraficantes por el hecho de usar los
fusiles AK-47.

El comandante José Arturo contesta sin titubear:

—Sabemos que han dicho que tal vez somos narcotraficantes porque usamos las
AK-47, pero podemos afirmar que el tipo de armamento es el más comercial a
nivel del mercado negro y es el que está más al alcance en las diferentes
zonas de nuestro país.

Pero, aclara, éstas no son las únicas armas que utilizan, pues disponen de
ametralladoras R-15, M-1, MP-5 y de "los viejos mosquetones 762". Dice que
no quieren hacer una apología del popular "cuerno de chivo"; lo que buscan
"es dotar a las bases militares de nuestro ejército de armas con un nivel
técnico y una capacidad necesaria para dar una respuesta al Ejército federal
y al gobierno antipopular, ante la política neoliberal que ha desarrollado
en todo el país".

—Pero, ¿cómo le hacen para comprarlas? ¿De dónde sale el dinero? —se le insiste.

—Creo que es un aspecto fundamental, porque el pueblo no tiene ni para comer
y, a pesar de eso, sigue siendo un sustento para la existencia y el
desarrollo de nuestro ejército y nuestro partido. Pero es necesario
considerar que existe una fuente de financiamiento y, concretamente, los
recursos los obtenemos de las expropiaciones que se desarrollan en sus
diferentes modalidades, como son la expropiación bancaria y el secuestro de
grandes empresarios, que son los que tienen en su poder los grandes
capitales, producto no del desarrollo de la industria de nuestro país, sino
básicamente de la especulación.

—¿Ustedes han sido autores de los secuestros de los últimos años?

—Hay un refrán jurídico que es muy común: "A confesión de parte, relevo de
pruebas". Nosotros no podemos afirmar o negar si somos o no los autores con
respecto a uno u otro de los secuestros. Lo que sí podemos decir es que ésa
ha sido una de las modalidades que nos ha permitido hacernos de recursos
para dotarnos del equipo necesario y dar una respuesta al Estado en esta
modalidad de guerra no declarada que está implementando contra nuestro pueblo.

El comandante José Arturo no da detalles de "las recuperaciones" ni de los
secuestros, pero acepta que los aparatos de inteligencia y seguridad del
gobierno tratan siempre de clasificar el modus operandi de cada una de las
organizaciones revolucionarias y que es posible que ellos sepan qué acciones
han realizado hasta ahora.

—¿Significa que con los operativos que ustedes realizan en la ciudad han
hecho resurgir la guerrilla urbana que estuvo casi muerta en los últimos años?

—Lo que sucede es que los acontecimientos políticos del país de hoy vienen a
poner de relevancia que esta modalidad, que no desapareció, simplemente
destaca, y nuevamente tiene que ser una respuesta obligada de parte nuestra
en relación a la manera en que nos hacemos de recursos para financiarnos y
comprar el equipo que necesitamos.

Los dos jefes del EPR presentes en la entrevista aseguran, en respuesta a
las acusaciones que tratan de vincularlos con el negocio de las drogas, que
"el narcotráfico es parte orgánica del Estado" y que "hoy no es un secreto
que Raúl y Carlos Salinas de Gortari, al igual que Rubén Figueroa, están
involucrados en giros negros".

De la denuncia del exagente de la Procuraduría General de la República, Ricardo Cordero Ontiveros —agrega— se desprende "la custodia que hace la
Judicial Federal de cargamentos de cocaína, y nos indica claramente cómo
este fenómeno ha penetrado todas las instituciones republicanas, a nivel de
los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

"Y en este momento se está señalando muy claramente al procurador general de
la República como muy posiblemente involucrado en el narcotráfico, sin
contar a la vieja guardia de la oligarquía que siempre ha estado vinculada a
los giros negros, mediante los cuales se ha hecho de un capital inmenso. Es
impensable, imposible, considerar que un profesor con un trabajo honesto
pueda amasar ese capital que hoy posee Carlos Hank González y que siguen
reproduciendo sus hijos y sus socios."

* * * * *


Los miembros de la Comandancia General del EPR mostraban ganas de hablar.
Antes de recibir en exclusiva a Proceso dieron una conferencia de prensa en
la que, además de este semanario, estuvieron presentes dos diarios, un
semanario de provincia y una agencia internacional.

Fue en esta conferencia donde, en medio de una exuberante vegetación en la
cima de una montaña y rodeados de estrictas medidas de seguridad, los
comandantes José Arturo, Victoria, Francisco y Antonio —éste último de la
comandancia del estado de Guerrero— hicieron público el Manifiesto de la
Sierra Madre Oriental.

Previamente, unos 40 insurgentes armados y campesinos e indígenas que se
cubrían el rostro con paliacates o pasamontañas entonaron el Himno Nacional
en un escenario donde destacaban las banderas de México, del EPR —verde con
negro en diagonal y, al centro, una estrella roja de cinco puntas— y del
PDPR —con los mismos colores, pero con los símbolos del machete, el martillo
y un fusil entrelazados.

En seguida fue leído el documento, donde el EPR llama "al pueblo mexicano" a
luchar por "la construcción de la República Democrática y Popular", y
propone "un nuevo gobierno con carácter provisional" que represente a los
intereses del pueblo, así como la elaboración de "una nueva Constitución
acorde al desarrollo histórico de la nación".

El manifiesto desarrolla 45 puntos en los que se habla tanto de la necesidad
de conseguir libertades políticas y respeto a la voluntad popular en los
comicios, como del imperativo de preservar la soberanía nacional, de detener
la militarización del país y de respetar los derechos humanos.

Las demandas económicas del extenso manifiesto se dirigen al beneficio de
los trabajadores, campesinos, indígenas, colonos y pequeños y medianos
empresarios. El documento denuncia problemas sociales como el de la
vivienda, la dotación de servicios, la salud y la educación. Asimismo, ataca
la voracidad de los banqueros, y exige la autonomía de los pueblos indios,
el reparto agrario, la eliminación de los latifundios y el seguro del
desempleo, entre otros aspectos.

Llama a la población civil a organizarse en una "sola fuerza social e
histórica para liberar a la nación mexicana del Estado opresor", mediante el
desarrollo, la combinación y la generalización de toda las formas de lucha
—"económica, político-ideológica, legal, clandestina, electoral,
parlamentaria, acción política de masas y la lucha armada revolucionaria", y
pide la solidaridad internacional y el respeto de los postulados de la
Convención de Ginebra.

Después de la conferencia, el comandante José Arturo se refirió a las
primeras percepciones que se dieron del movimiento armado, entre ellas, la
expresada por Cuauhtémoc Cárdenas, quien dijo que la aparición del grupo
rebelde en Aguas Blancas era "una pantomima".

Señaló: "Desde nuestro punto de vista, parece ser una reacción apresurada el
descalificar nuestra existencia y, al repetir lo mismo la Secretaría de
Gobernación, la Defensa Nacional y algunos miembros de la cúpula religiosa,
poco ayudó esta desafortunada calificación".

Sin embargo, los jefes del EPR no están molestos por esta declaración
inicial del excandidato presidencial del Partido de la Revolución
Democrática (PRD). "Más que este calificativo —dice el comandante José
Arturo—, nos interesó sobremanera la forma en que fue acogida nuestra
presencia por el resto de los asistentes a Aguas Blancas".

—Se comenta que lo de Aguas Blancas fue algo premeditado y que ustedes se
aprovecharon de la presencia de Cárdenas.

—De ninguna manera. Sabíamos que los ojos de la nación y el mundo iban a
estar presentes en un hecho conmemorativo de tal magnitud, porque una
represión tan brutal como la llevada a cabo por Rubén Figueroa no tenía
parangón en los últimos años y, en ese sentido, era necesario hacer acto de
presencia, no solamente para rendir un homenaje a los campesinos masacrados,
sino sobre todo para enviar el mensaje a la nación, en el sentido de que ahí
donde el gobierno reprima, ahí donde el gobierno asesine, debe surgir una
respuesta armada; deben surgir nuevos ejércitos revolucionarios, porque esa
es la única salida que está imponiendo el gobierno, pese a todo el discurso
demagógico del que ha hecho gala.

—¿Qué opinión tiene el EPR de los partidos políticos que compiten por el
poder mediante las elecciones?

El comandante José Arturo medita unos segundos antes de responder. "Tenemos
que dividir necesariamente a los partidos que participan en estos procesos
electorales, porque no todos tienen una misma ideología. Consideramos que
existen partidos que están interesados sinceramente en un cambio democrático
en México y que, en ese sentido, la lucha que ellos han venido desarrollando
es parte de la del pueblo mexicano".

—¿A qué partidos se refiere?

—Bueno, por ejemplo el PRD, que viene a ser una articulación de diferentes
corrientes, grupos —algunos de la izquierda y otros como desprendimiento del
partido de Estado, del cual proviene el ingeniero Cárdenas— que, sin
embargo, tratan de rescatar los valores y principios de un proceso histórico
del cual todos formamos parte.

—¿Dentro de estos partidos estaría también el Partido Acción Nacional?

—De ninguna manera. El PAN, debemos definir claramente, es un partido de
derecha, y PRI y PAN son un binomio mediante el cual se pretende dar
continuidad a la oligarquía en el poder.

El comandante del EPR, quien hasta este momento aparece como la figura
principal del grupo armado, habla también de algunos de los dirigentes más
importantes de la izquierda electoral mexicana.

De Cuauhtémoc Cárdenas: "Nos parece que es una persona sincera y empeñada en
empujar hacia un cambio democrático. Creemos que la vía que él ha adoptado
es la legal, que tiene limitaciones... y que sin embargo él, como cualquier
ciudadano, tiene derecho a elegir las vías que más convengan a su convicción
ideológica".

De Heberto Castillo: "Es un viejo luchador social, y gracias al esfuerzo de
personas como él se han logrado abrir cauces en nuestro país, no de ahora,
sino de décadas atrás. Pero también es un convencido de que la única vía es
la pacífica de la revolución, y en ese sentido ha planteado de manera clara
y tajante su distancia con respecto a los movimientos armados".

Tras un largo silencio, dice de Porfirio Muñoz Ledo: "Bueno, se retira al
parecer de la participación política, después de su Presidencia dentro del
PRD. Ha tratado de encontrar una salida negociada con otros partidos y el
gobierno, lo que nos parece no fue lo más adecuado, en tanto que lo que se
requiere es que todas las medidas que puedan llevarse en el país, en un
sentido democrático y revolucionario, deben tener el respaldo de toda la
población.

"No se puede seguir caminando en un país en donde solamente mediante
acuerdos en las cúpulas y entre dirigentes se establecen medidas para
orientar su marcha en una dirección o en otra."

Del actual líder del PRD, Andrés Manuel López Obrador, dice cauteloso:
"Deseamos que la Presidencia que asume tenga por objeto el fortalecimiento
de un movimiento popular sólido, consistente".

Insiste en que estos cuatro dirigentes del PRD no comparten la idea de la
lucha armada, "e incluso ellos están luchando por tratar de evitar que
surjan nuevos movimientos armados".

Sería bueno que esto pudiera resultar —reconoce sin alterar el tono de voz—,
porque hablaría de la capacidad de las organizaciones políticas que están
dentro de la legalidad para empujar hacia cambios democráticos. "Sin
embargo, consideramos que dada la situación económica, social y política,
esto no es posible y que es una lucha que tiene bastantes limitaciones,
aunque finalmente es una lucha necesaria".

—¿Qué le dice el EPR al secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, quien
repitió que ustedes eran una pantomima?

—No somos una pantomima; somos una fuerza insurgente de carácter nacional
que está actuando en respuesta a la criminal actitud gubernamental, ante el
crimen y la impunidad como forma de gobierno; que deseamos para el pueblo de
México un futuro en el cual puedan darse soluciones concretas a sus
necesidades, y que estas soluciones requieren cambios profundos que ellos,
por todos los medios, han tratado de impedir o limitar.

Asimismo, que "somos expresión también de la continuidad de nuestros
desaparecidos, asesinados, torturados, de ese pueblo que siempre ha sido
golpeado para que el capital pueda siempre salir adelante y fortalecido.

"Que no olvidamos a nuestros muertos, que no olvidamos que hay
responsabilidades históricas en nuestra nación, y que quienes aún hoy tienen
el poder en sus manos son herederos de aquellos que mancharon las suyas con
la sangre de nuestro pueblo para cumplirle a una oligarquía, a un reducido
sector de la población, permitiendo su mayor enriquecimiento."

* * * * *


A diferencia de los grupos armados que antes llamaban a no votar, el EPR,
que aglutina a los comandos Armados Mexicanos, Francisco Villa, Morelos,
Genaro Vázquez y Vicente Guerrero; a las brigadas Obrera de Autodefensa,
Obrera 18 de Marzo y Campesina de Ajusticiamiento; a las Células Comunistas,
a la Organización Revolucionaria Ricardo Flores Magón, a la Organización
Revolucionaria Armada del Pueblo, al PROCUP-PdlP y a la Unión de Comandos
Revolucionarios, no descalifica la lucha legal.

El comandante José Arturo aclara que ambos tipos de lucha, la legal y la
armada, "pueden constituirse en un medio para organizar y desarrollar esa
fuerza social histórica necesaria para liberar a la nación de ese Estado
opresor". Sin embargo, advierte que "si esta lucha se convierte en un fin en
sí mismo, y únicamente se trata de un acomodamiento dentro del sistema
político, nos parece que estará condenada al fracaso".

Cuestionado en torno al hecho de que el EPR no ha lanzado una declaración de
guerra, pese a que ha disparado sus armas contra el Ejército federal, el
comandante José Arturo contesta: "Hay una guerra no declarada, una guerra de
baja intensidad, instrumentada por el gobierno... y por medio de la
propaganda armada revolucionaria estamos tratando de advertir, de hacer
notar este hecho ante el pueblo de México y ante los ojos del mundo.

"Nuestra respuesta, creemos, está determinada por la actitud gubernamental
que, consideramos, será, dadas las condiciones económicas, sociales y
políticas del país, la represión, y en ese sentido nuestra respuesta ha de
darle continuidad a estos planes, dentro del contexto de una respuesta y una
réplica necesaria a un Estado opresor."

El jefe guerrillero explica, por último, que los comandantes que hasta hoy
se conocen son parte y no la totalidad de la dirección nacional del EPR;
subraya que este ejército tiene por objeto cumplir tareas que contribuyan a
sustituir al gobierno actual por uno nuevo, y concluye que la única opción
que están dejando la oligarquía y el gobierno actual, es la militar.



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